42 Km. de pasión

Posiblemente estaba predestinado a escribir sobre los emprendedores, el gran «puzzle cósmico» que es mi universo personal me ha llevado a crear este post orientándome desde diversos lugares. Por un lado, una proposición, (decente, ya que todas las proposiciones si son aceptadas se convierten en decentes), de generar debate a través de una pregunta. Por otro lado, una inusitada euforia por fomentar el espíritu emprendedor que se respira en la procelosa mar de las redes sociales. Y por último, cuando en una reunión de amigos me comentan una nueva iniciativa emprendedora y el comentario general fue “qué ilusionado está!”…

Quiero que quede claro que en mi mente, el concepto de emprendedor no solo es quien monta un negocio, sino todo aquél que trata de llevar su vida por aquellos lugares por dónde le satisface.

Hace aproximadamente un año, en una conferencia titulada “¿Por qué hay que creer en ti?Joaquín Lorente lanzó una imagen del emprendedor muy esclarecedora ante un público universitario. “El emprendedor debe tener un orgasmo cuando hable de su idea, debe hacer el amor con su proyecto todos los días”. Como buen publicista, Joaquín supo captar la atención del auditorio y concentrar todos los matices de la actitud que debe tener el emprendedor con una sola frase.

Yo, que soy menos «prosaico» que mi admirado Joaquín, defino al emprendedor como un corredor de MARATÓN.

En primer lugar por que corre, está en movimiento, actúa, sólo así es capaz de acercarse a sus objetivos. Ese movimiento le hace estar en buena forma. Un buen corredor de maratón debe tener capacidad de resistencia y estar capacitado y mentalizado para recorrer largos trayectos de forma constante y a un ritmo alto. Plantea su estrategia en función de sus objetivos concretos y específicos, (no se mueve con ambigüedades), teniendo en cuenta sus características y las del terreno por el que se va a mover.

Un corredor de maratón, es un atleta disciplinado que se entrena recreando las condiciones en las que se va a encontrar en la competición, reforzando aquellos aspectos en los que cree que debe mejorar con la finalidad de obtener mejores resultados.

Sabe que es un proceso largo con un desgaste físico y mental importante, pero asume el reto y no le asusta. El corredor de maratón se marca una meta, recorrer 42 Km. y 195 metros en un tiempo determinado y  ese será el objetivo que le mueva durante todo el proceso. Establecerá una planificación para conseguirlo.

A lo largo de la carrera se producen multitud de circunstancias que habrá que resolver, unas positivas y otras adversas, en cualquier caso,  el corredor debe estar atento para aprovechar las oportunidades y sortear los impedimentos que puedan surgir durante la carrera. Tener un “plan B” o ser previsor pueden ser determinantes para evitar quedar fuera de la carrera. A  pesar de todo, el corredor de maratón sabe que en cada carrera existe la posibilidad de verse obligado a abandonar, pero por eso no va a dejar de seguir participando en próximas carreras, ya que sigue siendo corredor de maratón.

La vida del corredor de maratón se mueve en un contexto cercano al deporte, al atletismo, a las carreras de fondo… el corredor de maratón se mueve con los de su “especie”.  Se desarrolla en un hábitat concreto que le es propicio, pero no deja de tener contacto con el mundo que le rodea.

Por último quiero trasladar una reflexión: Para todos los corredores de maratón ha habido una primera vez que se pusieron sus zapatillas para ponerse a correr, ¿Y tú las llevas puestas? ¿Piensas ponértelas? Hoy es un buen día para hacerlo.

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2 respuestas a “42 Km. de pasión

  1. Hay corredores de fondo y corredores de velocidad. Quienes corren en cualquier sitio y los que se especializan en un terreno específico.
    Para ponerme las zapatillas necesitaría un buen motivo, porque correr por correr no me gusta, ni aun sabiendo que fuera a ganar, ya que no disfrutaría del camino. A veces me pregunto que rentabilidad saco a mi trabajo actual como freelance, y descubro que ocupar mi tiempo en venta directa o clases particulares me saldría económicamente mejor. ¿Por qué no lo hago entonces? porque el valor intrínseco de la tarea que realizo es importante, «me llena». Yo pienso que algo así le sucede también a muchos emprendedores, disfrutan emprendiendo, y no necesariamente lo hacen por ganar dinero, aunque indudablemente sea un estímulo. Salen de un negocio y se meten en otro, siempre estan pendientes de posibles oportunidades en el mercado laboral y se arriesgan a comenzar negocios muy diversos. Tambien he observado que hij@s de padres/madres emprendedores/as son más valientes para embarcarse en un negocio, probablemente porque ven con normalidad esa opción laboral. Las personas emprendedoras no echan la cuenta de las horas que invierten en su negocio, que son muchas.
    En mi opinión, hay emprendedores de vocación y los hay de circunstancia (ese es mi caso). Me ha gustado tu concepto de emprendedor: «no solo es quien monta un negocio, sino todo aquél que trata de llevar su vida por aquellos lugares por dónde le satisface». Creo que refleja a mucha gente que estamos descubriendo que somos emprendedores porque no hemos renunciado a hacer lo que nos gusta a pesar del escaso empleo que se presenta en ese sector, y que con tal de no renunciar a nuestra profesión, estamos dispuestos a ponernos las zapatillas y el chaleco antibalas (si es preciso) para continuar haciendo con pasión lo que nos gusta, le echamos horas, creamos alianzas, explotamos nuestra creatividad, nos formamos, arriesgamos… y nos comportamos como autenticos maratonianos, conscientes de que nuestra carrera es más de fondo que de velocidad.

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  2. Hola Mª Carmen, disculpa la tardanza en responderte, he estado fuera lunes y martes.
    Ante todo, muchas gracias por tu comentario.
    Varias cosas:
    ¿Zapatillas? yo aconsejo tenerlas puestas por si es necesario correr en algún momento, otra cosa es que queramos o decidamos hacerlo. Bien cierto es que no todo el mundo debe emprender el duro camino del corredor de maratón, es una opción como cualquier otra.
    Te voy a contar una pequeña historia que me ayudará a transmitirte lo que siente el corredor de maratón.
    Tengo un familiar lejano que por un problema de salud, le aconsejaron dejar el alcohol como medida preventiva, nada grave. Está casado, con hijos, con sus obligaciones laborales… ni por asomo perfil de deportista profesional… el caso es que esa nueva situación le hizo plantearse hacer algo más de deporte. Al principio, aunque le costaba ponerse y mantener regularidad, fallaba un día si y otro también, pero se propuso correr un poco, «por hacer algo…», duraba poco, como máximo 20 minutos y acababa reventado, lo típico. Poco a poco ese rato que salía a correr se convirtió en algo que necesitaba y se dio cuenta que empezó a querer CORRER, con mayúsculas. Cada vez más minutos, cada vez más Km. descubrió que le gustaba correr y que lo que antes era un sufrimiento ahora resultaba un placer. Ahora corre maratones y triatlones.

    Entre tus conocidos, te recomiendo que, sutilmente, sondees si alguien se ha iniciado en la afición de correr… te darás cuenta que existen muchos casos que por alguna circunstancia, se han enganchado y ya no pueden dejarlo, alguien que nunca asociarías con un deporte como las carreras de fondo…
    Lo que te quiero decir es que por mucho que lo expliques la gente no lo va a entender si no lo siente en sus propias carnes.

    Y si… tienes razón, hay corredores que corren por que quieren y otros que corren por que les persiguen…. ;)

    Un saludo.

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