Parece que con los últimos días de agosto finaliza el periodo vacacional y con ello se inicia un nuevo curso académico, político y por que no decirlo también empresarial. A pesar de que todos iniciamos el año a primeros de septiempbre, tenemos esa dualidad algo absurda de celebrar el cambio de año en enero. En cambio, los judíos que tienen algo más de experiencia, (están finalizando el año 5772), son mucho más prácticos e inician el año a mitad de septiembre más o menos, (el llamado Rosh Hashaná).
Septiembre es un mes de transición, pasamos del calor intenso a un calor más moderado, de las vaciones a las obligaciones laborales… pero en cualquier caso, nos resistimos a abandonar por completo aquellas costumbres estivales que nos hacen estar más tiempo en la calle, por eso creo que septiembre es uno de los meses más interesantes a la hora de propiciar nuevas y mejores oportunidades tanto laborales como empresariales.

Cuando me preguntan ¿Cuáles son las acciones básicas para la búsqueda de nuevas oportunidades? Generalmente esperan que les conteste esa parte teórica que ya han escuchado miles de veces que es politicamente correcta y que viene en los libros de sesudos expertos.
En cambio, mi respuesta es que salgan a la calle y que conozcan personas nuevas. Fiestas, cumpleaños, barbacoas o ir de cañas, son muy buenos lugares para la búsqueda de nuevas oportunidades. Además de pasárnoslo bien, puede ser un excelente escaparate y puede servir para conocer a personas de otro contexto de una forma distendida y muy efectiva. Una pequeña conversación en un ambiente agradable genera un grado de atención y permanece latente mucho más tiempo que cualquier estrategia de marketing que ideemos para darnos a conocer. No es necesario aburrir con los detalles, ni prolongar o monopolizar la conversación, una simple explicación de lo que haces y cómo lo haces puede ser suficiente para generar interés por tu idea, proyecto o profesión. Ya habrá tiempo, en otros ámbitos, de desarrollar los detalles.
Es por eso que para este nuevo año, y en eso coincidimos todos sin importar la creencia, albergamos nuevas ilusiones y expectativas.
Feliz año ¿nuevo?
Coincido totalmente con que el comienzo del año empieza en septiembre, al menos psicologicamente. Para mi, desde que era estudiante, el comienzo del año va unido al comienzo del curso escolar. Quizás porque tenía un objetivo claro que cumplir y que tenía fecha de inicio, la meta era aprobar todo en junio. Recuerdo la tranquilidad que me producía el saber lo que me esperaba para un año entero (las asignaturas, los profesores, etc.) no tenía que luchar con la incertidumbre de ¿qué voy a hacer ahora? Todo cambió el último año de carrera, ya no estaba centrada al 100 por cien en el ahora, se acababa la zona conocida, la zona de confort. Tengo que reconocer que la situación de mi actividad laboral actual (freelance) me causa la misma sensación, estoy alerta todo el tiempo y a veces eso me fatiga. Espero que todo sea cuestión de hábito y llegue a vivir la incertidumbre como «normalidad». El nuevo paradigma laboral (buscar oportunidades y crear trabajo en lugar de ir buscando empleo) nos está pidiendo un cambio de hábitos y de mentalidad. Como dice Serrat: «hoy puede ser un gran día, date una oportunidad», es una actitud más cercana a la realidad de lo que nos toca vivir, que la famosa frase de: «el año que viene voy a …», no pospongamos tanto que no están los tiempos para aplazar las cosas que tenemos que hacer YA, si queremos adaptarnos a los cambios. Que el espíritu de la Navidad (buenos deseos y esperanza) nos inunde todo el año y que cada mañana celebremos «día nuevo» con energías renovadas.
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Muchas gracias Mari Carmen por tu comentario, me siento muy identificado con esa situación que cuentas del nuevo paradigma laboral. Es cierto que los que los que trabajamos por nuestra cuenta hemo de buscar las oportunidades día a día y nuestra vida está llena de constantes retos.
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