El Bueno, el Feo y el Malo en la Orientación Laboral

Llevo unos días algo contrariado con las actitudes que me encuentro en la búsqueda activa de empleo ya que la formación en este terreno se ha convertido, casi, en una actividad de riesgo.

El desánimo y la falta de expectativas se ha instalado en la mente de muchos demandantes de empleo (la tasa de paro de los menores de 34 años es del 33%, unos 2,5 millones de personas, y una cifra parecida es la de los parados de larga duración, es decir, desempleados hace más de dos años). Los mercados, la política y la sociedad no ayudan a creer en una rápida recuperación, que no se produce quizá, más por falta de voluntad que por falta de medios.

La tercera acepción de la definición que hace el diccionario de la Real Academia de la Lengua sobre término actitud nos da la pista.

actitud.

3. f. Disposición de ánimo manifestada de algún modo. Actitud benévola, pacífica, amenazadora, de una persona, de un partido, de un gobierno.

 

Para la búsqueda activa de empleo, la actitud positiva es fundamental, ya que nos hace avanzar, nos comunica con el entorno, nos impulsa en nuestras relaciones, nos hace tener confianza en nuestras posibilidades, nos presenta ante los demás con una sonrisa y nos hace profesionales.

Como digo, con este panorama las actitudes se tornan escépticas, negativas, frustrantes, excluyentes, radicales, pasivas… y un largo etcétera

La idea generalizada que percibo en las aulas es que existe un bueno, un feo y un malo  como en la película de Clint Eastwood rodada en tierras almerienses.  Los protagonistas son tres cazadores de recompensas que buscan un tesoro que ninguno de ellos puede encontrar sin la ayuda de los otros dos. Así que los tres colaboran entre sí, al menos en apariencia. Son tres partes de un todo en la búsqueda de un mejor futuro.

El bueno, suele ser el desemplead@ ya que cree que la culpa es de los demás y que la mala suerte, la crisis, la sociedad… se han puesto en su contra a pesar de haberlo hecho todo bien en la búsqueda activa de empleo.

El feo, suelo ser yo. Un tipo que viene a contar una “milonga” en la que les carga de su parte de responsabilidad, les motiva para el futuro, les incita a la acción,

(como bien dice mi admirada Mª José Padilla http://www.elsecretoestaenlaaccion.com/), les cuenta la necesidad de tomar las riendas de su futuro, les dice que son buenos en algunas cosas y que en otras deben mejorar.

El malo siempre es el empresario que no contrata y busca aprovecharse de los trabajadores.

Tal y como pasa en la película, en la vida real los tres personajes buscan un mismo objetivo, cada uno posee distinto punto de vista pero los tres están condenados a entenderse para conseguir su objetivo. Por lo que unos no son tan buenos, nosotros tampoco somos tan feos y otros no son tan malos.

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